MUCHI FOREVER

BEAUCOUP DE JOTTERIE POUR TOUTES LES ÂGES!!!!

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Nombre: Señorito Muchi
Ubicación: Mexico

Soy un tipejo bastante raro. Encantador pero al mismo tiempo insoportable; muy sociable o asquerosamente hermético; amoroso y también jijo de la tiznada. Estudié como todos (todos los que no son "guebones"), me "lisensié" en Relaciones Internacionales por la UNAM en 1989 cosa que me ha servido de muy poco profesionalmente, vivo sólo desde 1990, pasé nueve maravillosos meses en Inglaterra lavando platos y tendiendo camas cuando tenía 22 años. Radiero (me caga la expresión comunicador), esforzado promotor de cosas que nadie quiere oir, orgulloso padre de dos gatas de 15 años, fumador empedernido, alcoholico en rehabilitación, voyeurista exquisito, fan del soccer y todo lo que implica, narrador retirado "a la fuerza". Y muchas otras cosas más...

lunes, junio 26, 2006

Sunday, bloody Sunday!!!

El pasado domingo comenzó para mí como a las 7 y media de la mañana. Rico despertar... Correr a la cocina a calentar café intravenoso... Click!... Tele... Los últimos 35 minutos de la película Mi novio atómico donde Brendan Fraser se ve archi-mega-recontra-papi y a Alici Silverstone no le suda el bigote como en Batichica. 9:50 am. Canal 531. Jurgol. Gloriosos ingleses (Joe Cole y sus barridas, aggghhh). De pronto suena el téléfono: mi amiga Nay (cuyo nombre no digo completo, no se vaya a enojar). Estaba en la ciudad y le urgia ponerse al día de muchas cosas conmigo (y yo con ella), así que quedamos de vernos como a las 3 de la tarde. Chin! Tengo que ir a la OFUNAM y ya se me hizo tarde para ir a desayunar al Vips, así que echo mano de lo que tengo en casa, me lo zampé. Hit the shower! Hit the road!
Y finalmente... el concierto. Gente de siempre: Edith, Carlitos (que cada día se está poniendo más sabroso -aunque con respeto lo digo, pues es mi amigo-), Carla, Lazarito con sus típicos chichifitos a quienes les debe pagar muy bien para que soporten que durante un concierto este especímen muestre su abanico y se arrope con su mantilla rosa, etc etc etc. Último concierto de Zuohuang Chen con la Orquesta, y la obra es la Missa Solemnis de Beethoven. Sagrado tabique sinfónico-coral!!! Una de esas obras de arte que sólo pueden escucharse en vivo una vez en muchos años (y que más vale dejar guardadas... es que es bastaaaante pesada...). Ya saben, al final, Las golondrinas, vítores, miles de bravos para Chen. A la salida del concierto, la típica "socialité": me encontré a un ex-colaborador de radio, Leo, con su mujer. Nos damos nuevos teléfonos y le recomendé a mi doctor. Besé y abracé también a Isabel O, la virtuosa dama de TV UNAM, a quien no dejo de admirar, y se me cruzan unos y otros a quienes nada más saludo de lejecitos.
Pues ya... me fui con destino a mi cita con Nay, allá en Plaza Insurgentes (creo que así se llama) donde abuuundan los jotos. Llegué unos 15 minutos antes y, conociendo bien a mi amiga, pensé "debo comer algo porque si no esta mujertz me va a decir que acaba de desayunar y yo me desmayo de hambre". Corrí a engullir un Alambre de bisteck (sin tortillas... sí, un Alambre entra en mi dieta de proteínas). Y cuando terminaba Nay ya estaba en el piso de abajo de la Plaza.
Cambio de escenario: El Péndulo en la Condesa. Incomodísimo para platicar durante horas (esa es una de las virtudes de los Vips: café al por mayor a 15 pesos y gabinetes medio acolchonaditos), pero la compañía lo ameritaba. Así, nos pusimos al tanto de nuestras vidas: allá, donde vive ella, me cuenta los chismes de actualidad, Poncho el cornista tan cachondo como siempre (mencionándo su estupendo pecho lampiño y su húmeda greña larga al llegar a los ensayos), la Chiva con sus achaques de edad, Eva -alias la borracha- más borracha que nunca, fulanita ya dio a luz, menganito se quiso suicidar, perenganito es un naco gato albañil, y así iban y venían los chismes. Pero llegó el momento en que mi amiga ya tenía que regresar a casa de sus padres y a reportárse con el novio por teléfono. Como siempre le entra la angustia y -según ella- vivo al otro lado del mundo (siendo que la zona en la que vivo ES UNA DE LAS MÁS CÉNTRICAS DEL D.F.), pues sólo pudo darme un aventoncillo a Insurgentes. No importa... La conozco y la comprendo.
Me dejó en la parada Sonora del Metrobus. Nótese que llevaba en la mano derecha mi programa de OFUNAM y un disco que me acababan de regalar en la Sala Neza nada más por ser miembro de la Sociedad de amigos de la Orquesta. Entré y después de un par de minutos de pararme a esperar el transporte llegó un chavo de esos que atraen mi mirada: Un poco más alto que yo, con rompe-vientos, pants color gris, mochila de gimnasio color azul marino, tenis color rojo (super chidos, pense, además de que hice una rápida medición: seguro calzaba del 9), moreno claro, pelo desordenado algo quebrado. Pero bueno, yo lo miré de reojo y sólo de vez en cuando pasaba la mirada por donde él estaba (ya Nay me había satanizado de que les echo miraditas obvias a los hombres... "So what??!!!"). Tardaba el Metrobus... yo -diría la Mtra. Revueltas- "me hacía la mensa" pero seguía checando levemente al muchacho. Hasta que llegó el mentado camión. Iba algo lleno, pero tan sólo al subirme ví dos asientos vacíos y tomé el del lado del pasillo. El muchacho morenito debió haber quedado a mis espaldas. Parada Campeche... nada... Y antes de llegar a la parada de Chilpancingo escuché un sonoro "Con permiso" de una voz gruesa, super varonil por no decir mega cachonda: era el morenito, quien se pasó al lado de la ventana. "José María, tranquilo, no le vayas a ver las piernas, porque se refleja en la ventana y te vaya a ver, tu cool." El muchacho volteaba a la ventana y yo empecé a pensar que probablemente iba checando si lo volteaba a ver o algo, así que yo me porté como Comendattore (de piedra, puesn).
Usualmente me bajo en la Parada llamada La piedad si quiero llegar rápido a casa, aunque luego utilizo la del Poliforum si quiero pasearme a la sombra de aquel edificio monstruo. Pero justo tenía que ir una estación más lejos para ir al super a comprar comida. Estabamos por llegar a la parada La piedad, y justo antes de cruzar el Viaducto escuché de mi lado izquierdo: "¿Te gusta el teatro?". Yo volví mi cara leeeeeentamente al lugar que ocupaba el morenito sabrosón y cuando finalmente me lo quedé viendo contesté como dudando que sí. ¡Qué ojazos! ¡Qué cara tan lampiña y afilada! ¡Wow, qué labios tan ricos! Acto seguido dije "¿Por qué?" Y la respuesta, casi literal, fue: "Pues es que ví que traes tu programa de OFUNAM y un disco, y te me hiciste interesante, así que te invito a esta obra." Me entregó dos boletos y entonces dije: "¿Tú actúas ahí?", "Sí, claro, ojalá y vengas. Te espero". Poco antes de llegar a La piedad, se levantó y se dispuso a bajar. Alto en la esquina de Xola. Yo estaba más petrificado. Sólo saqué la cartera y metí el par de boletos. Cuando el camión se aproximó a la parada y finalmente se detuvo ahí, volteé, lo ví, me sonrió, subió su pulgar derecho y se bajó mientras yo decía "gracias".
La obra se llama "Tres arpías y un abanico", y se presenta miércoles y jueves en el Teatro Arlequín. Entonces, mi cabeza (caliente, as always...) comenzó a girar y a fantasear: ¿sería que cuando el morenito iba viendo el reflejo en la ventana me estaba checando a mí y no cuidándose de que yo le estuviera echando el calzón? Digo, no llevaba mi programa ni el disco como ofreciéndolos en oferta, así que -imagino- tuvo que echar más de una mirada para percatarse de lo que llevaba en mi mano.
Wow, ¡qué cosas!
Después de ello: super... Casa (no había luz)... Página 197 de "Los rojos de ultramar" de Jordi Soler a la luz de cuatro velas. Diez para las doce de la noche... Nuevamente luz. Click... Tele... Resúmen del Mundial... Channel surfing... HBO Family... Harry Potter y el prisionero de Azkabán... Llegada del niño al Caldero chorreante... Comienzo a bostezar... Cuatro barras de surimi con mayonesa, limón y sal... Un poco más de zapping... Más bostezos... Y ya, a la cama.
Me acosté boca arriba, abracé mi almohada y no se por qué carajos pensé: "Extraño a Fernando..."
Me desperté al 5 para las 6, llevo dos tazas de café y le he visto la jeta a Loret de Mola dos veces en la tele que está prendida a mis espaldas (¡cómo me zurra las bolas ese güey!) y tengo cita con el doctor a las 10:30 y Consejo del Reforma a las 8pm. Y sí... voy a ir a la obra el jueves y... sí... estoy empezando a extrañar a Fernando.

1 Comments:

Blogger M said...

Ay pero qué bonis: le tocaron las golondrinas a Chen...

2:38 p.m., julio 07, 2006  

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