MUCHI FOREVER

BEAUCOUP DE JOTTERIE POUR TOUTES LES ÂGES!!!!

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Nombre: Señorito Muchi
Ubicación: Mexico

Soy un tipejo bastante raro. Encantador pero al mismo tiempo insoportable; muy sociable o asquerosamente hermético; amoroso y también jijo de la tiznada. Estudié como todos (todos los que no son "guebones"), me "lisensié" en Relaciones Internacionales por la UNAM en 1989 cosa que me ha servido de muy poco profesionalmente, vivo sólo desde 1990, pasé nueve maravillosos meses en Inglaterra lavando platos y tendiendo camas cuando tenía 22 años. Radiero (me caga la expresión comunicador), esforzado promotor de cosas que nadie quiere oir, orgulloso padre de dos gatas de 15 años, fumador empedernido, alcoholico en rehabilitación, voyeurista exquisito, fan del soccer y todo lo que implica, narrador retirado "a la fuerza". Y muchas otras cosas más...

martes, enero 02, 2007

JAPPI 2007

Pues afortunadamente se acabó el 2006. Algunos de ustedes se preguntarán qué demonios hice entre la Navidad y el Año Nuevo. Bueno, aunque no se lo pregunten les platico: Dado que mis padres no viven en el DF, los convencí que vinieran a pasar Navidad conmigo. Aquí cenamos en mi depar, algo muy sencillo que les preparé, pero creo que me lucí. Mi mamá asó castañas y mi papá contaba las mismas historias de siempre (pero que para mi ahora cobran un sentido distinto pues hace apenas unos días él cumplió 80 años de edad). Nostalgia... la verdad sí, y mucha. El olor de las castañas me recordó la primera navidad que pasé fuera de casa de mis padres, en el país que me cobijó como ilegal durante varios meses. Recuerdo esa noche del 24 de diciembre de 1989. Yo ya tenía trabajo (de hecho, creo que era mi segundo trabajo en cuatro meses) y se trataba de entregar boletos pre-pagados en la taquilla del Royal Festival Hall. Esa Nochebuena salí con mi compañero Giu como a las 9 de la noche y juntos nos fuimos a sentar a un Wimpy, aquella remota cadena de hamburguesas británica. Sólo nos alcanzaba para la hamburguesa más raquitica con papas y un refreso (creo que gasté como 1 libra y media). Esa fue mi primer cena de navidad tipo "survival". Giu y yo compartiamos cuarto en un edificio muy viejo pero chido a dos cuadras del British Museum, así que al terminar nuestra homeless-dinner nos fuimos caminando hasta donde vivíamos. Me acuerdo mucho que platicábamos de todo y de nada, como no querer darnos cuenta de qué estaba pasando en nuestra vida en ese momento (Giu era italiano, Giuseppe, igual de ilegal que yo). Llegamos al "hogar", me acuerdo que me quité las botas y me agarré los pies que me dolían de estar parado todo el día. Y mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Empecé por primera vez en mi vida a extrañar a Santa Clos, los árboles de navidad, el olor de la cena de mi mamá o de mi abuela, los villancicos de boca de mi papá o mi tío Julio y mi tía Concha. Giu salió del baño y cuando me vio, con las manos agarrándome mis adoloridas y olorosas patas y con un rictus lloroso innegable, se sentó junto a mi y me golpeó con su hombro: "Ahhh, y tu crees que nos vamos a quedar aquí?? No llores, que me vas a hacer llorar... Ponte los tenis, ve al baño y vámonos." Y sí, me cambie con la ropa que tenía y nos fuimos de vuelta a la calle a soportar el frío. Llegamos a la iglesia de St. John's Smith Square y nos metimos a la misa, experiencia que para ambos era distinta: cantar en misa, abrazarnos, cosas raras, jejeje. Y cuando terminó, decidimos que gastaríamos nuestras 3 libras sobrantes en una Guiness que compramos en un puesto milagrosamente abierto para esas horas. Nos sentamos en una banca en Leicester square donde unos chavos bastante más borrachos que nosotros cantaban típicas canciones inglesas (o por lo menos, eso pensé que eran). Pues Giu y yo nos unimos, aunque nada más balbuceando. Como siempre me ocurrió en Londres, nos hicimos cuates rapidísimo y fuimos a seguir chupando en casa de uno de ellos (un güerito flaquiiiiiisimo tipi Anahí). Me acuerdo que nos dieron como las 5 de la mañana, y cuando ya rolaba el "hash" y la mota de forma más abundante Giu se dio un toque, nos levantamos y nos fuimos a dormir. Al día siguiente, ambos despertamos muy temprano (cosa curiosa), nos bañamos (también cosa curiosa cuando no tienes una regadera a tu disposición en cualquier momento) y fuimos a caminar al inhóspito Hyde Park.

Otras Navidades fuera han sido por demás hermosas y hasta cierto punto curiosas. Una de ellas ocurrió en Hyattsville, cerca de washington D.C. en casa de mi amigo Santiago Rodríguez, cubano él. Fue mi segunda misa "anglicana" en una iglesia pequeña de la localidad (como de aquellas de película gringa), donde, en algún momento, se me brincaron las lágrimas y Natasha, la esposa de Santiago, me abrazó y me dijo "extrañas a la familia, verdad? bueno, nosotros también somos familia...". Wow, la Navidad en casa de mi tía Babby en Londres en 1996, con Roberto... también fue vibrante... hasta un fantasmita nos fue a visitar en la sobremesa.

Y el año nuevo... también en lugares muy raros. Sí, yo he ido a Times Square en 31 de diciembre (no recomendable, la verdad), pero otro año nuevo en NYC fue bastante más amable, con mi amiga Stephanie y su marido Stewart, quienes me invitaron al Big Apple Circus esa noche. Tenía siglos que no iba a un circo, pero este fue muy especial: todos ataviados como si fueran los años 30s y con música de Gershwin de fondo!!!. Al final, champaña para todos, gorritos, cornetitas y así recibimos el año, cantando el famoso Auld Lang Syne, corrimos a la explanada del Lincoln Center (donde estaba el circo) y vimos fuegos artificiales y más tarde a caminar hasta casa por todo Broadway gritando "happy new year" con la gente que iba en sus coches y hasta de un carro de bomberos, jejeje.

Bueno... pero este año, después de ese 24 de diciembre, mis papás regresaron a Puebla y yo me dediqué a ver películas que me traían recuerdos de adolescencia: ví Star Wars 4, 5 y 6, por ejemplo, y también E.T. Ya el día 29 me leí, en dos días, Harry Potter y la órden del fenix, y volví a llorar cuando se muere... bueno, quienes no sepan la historia lo averigüarán cuando salga la 5a. película. El día 31 le llamé por teléfono a gente a quien extraño (no se ofendan si no les llamé... ups): llamé a Stephanie a NYC y Stewart tomó el teléfono para decirme: "Te acuerdas cuando venías de visita que hacías bailar a Francesca -uno de sus gatos- y le decías 'Francesqui'? Bueno, pues el 'apodo' lo conserva y le decimos 'hey, Francesqui, let's dance, let's dance' " Claro, a mi se me salieron las lágrimas (qué chillón soy, verdad?). También le hable a Peter Jablonski, justo media hora antes de que fuera medianoche en Londres. Hablé con Santiago y Natasha a Washington, y también con mi cuate chileno Alfredo Perl que está en Munich. Y por último hice otra llamada a Inglaterra, pero nunca me contestaron (mmmhhh, long long story...).

Pero bueno, este 31 de diciembre la pasé en mi depar, yo solito, jugando (cosa rara) con mis gatitas, besándolas y diciéndoles cuánto las quería, cené bagels (dificilíiiiiisimos de encontrar, pero lo logré) con queso crema, salmón ahumado, alcaparras y un poco de aceite de olivo, me comí las 12 uvas a la hora que intuí eran las campanadas (qué pinches se han vuelto las transmisiones de radio y tele con ese respecto) y después de tocar mi corno hacia la calle para "alejar" el año viejo y tirar un chingo de agua a la calle, me acosté a ver la tele... aquella serie inglesa que me gusta tanto Wired in the blood y después, para callar a la naca gata india albañila que vive arriba y que se cree muy "nais" le puse a todo volúmen el nuevo disco de Justin Timberlake, hasta que me quedé dormido.

Bueno... como siempre mi crónica rara y errática, jejeje. Pero como regalo de año nuevo, me encontré este video de mi adorada Cecilia Bartoli, donde su actitud tan fresca y hasta desfachatada me volvió loco y me hace adorarla aún más. Me cae que quiero ser igual de cabrona que ella.

Pues ya, tenemos un año nuevo... ahora hay que cuidarlo y que sea super duper para todos.

5 Comments:

Blogger Herr Boigen said...

que bonita salista en el video!!! Me encanta tu voz, como siempre, y ese vestidazo verdee!!!

Me encantó tu crónica, muy tierna, muy emotiva. Es raro, pero la Navidad y esas cosas, nos sirve para recordar de dónde venimos.

Es una sensación de vuelta al origen muy extraña

besos y FELIZ AÑO NUEVO, AMIGA

2:57 a.m., enero 02, 2007  
Blogger La Visión de Icaro said...

Chemaaaa...

fregon post... diras que tmb soy chillon yo pero casi se me corre el makeup gaultier cuando leia de tu primera navidad... al menos hubiras descrito al italiano para darle un toque mas frivolo y sexual ja ja...

que tengas el mejor de los años....

Ic

12:34 p.m., enero 02, 2007  
Blogger TAE Producciones said...

Ja, ja!! Poca madre el blog ehh! Espero nuevas historias pronto!

2:42 p.m., enero 02, 2007  
Anonymous Anónimo said...

feliz año monchi
mis mejores deseos y que excelente narración, casi podia probar las papas raquiticas y la guiness de tres libras!...

5:33 p.m., enero 02, 2007  
Blogger M said...

Ay, cómo me encantó este post... A ver cuándo nos invitas a comer esos bagels que se me antojaron terriblemente...

11:11 p.m., enero 09, 2007  

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